lunes, 26 de mayo de 2014

MARIA

 María.

Caminaba despacio,
solitaria,
y entre sus pelos revueltos,
se veía
unos ojos negros
que brillaban,
y esos labios ,
que siempre sonreían.

¿Por qué quedo así?
se preguntaban,
los que a diario
contestaban sus saludos,
escondiendo envuelta esa botella,
para que nadie
vea su futuro.

Le pegaron mal,
las agresiones,
que en su vida de chica,
recibió,
la marcaron a fuego,
la voltearon,
y creyendo en el alcohol,
se abandonó.

Dardo Campostrini.

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