María.
Caminaba
despacio,
solitaria,
y
entre sus pelos revueltos,
se
veía
unos
ojos negros
que
brillaban,
y
esos labios ,
que
siempre sonreían.
¿Por
qué quedo así?
se
preguntaban,
los
que a diario
contestaban
sus saludos,
escondiendo
envuelta esa botella,
para
que nadie
vea
su futuro.
Le
pegaron mal,
las agresiones,
que
en su vida de chica,
recibió,
la
marcaron a fuego,
la voltearon,
y creyendo
en el alcohol,
se abandonó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario