sábado, 31 de mayo de 2014

La de los claveles.





La de los claveles

Un papel escrito,
que el viento ha volado,
 el rocío de la anoche
su tinta corrió,
pero aún se lee
un ruego pidiendo,
Santo, Dios, ayuda,
un grito sin voz.

La nota dormía
junto a los claveles
que llevó ese día
y siempre ofrendó,
a esa capilla
que la gente del pueblo,
Mujer de las flores,
así  bautizo.

Porque aquella iglesia,
pequeño refugio,
que encontró un día
entrando a rezar,
con esos claveles
pidiendo un milagro,
creyendo que nadie
la podía amar.

Esta es la historia
de mi amor, que un día,
tal vez aquel santo
nos hizo cruzar,
 hoy yo te prometo
me hago devoto,
no estarás más sola
rezando en su altar.

Dardo Campostrini.

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