martes, 30 de septiembre de 2014

Qué pena el olvido.



Qué pena el olvido

Que triste el olvido,
creo que di  todo
y hoy abandonado
aquí en un costado,
me hago preguntas
que nadie contesta,
porque solo un perro
duerme aquí, a mi lado.

Cuando yo sonaba
había este silencio,      
aprendían mis notas,
todos me escuchaban,
había sonrisas
y fui en un momento,
el cetro orgulloso
de alguien que me amaba.

Me admiraban todos,
porque todos estaban.

 Pienso y no lo entiendo,
casi me han matado,
al dejarme solo,
viví por las  manos,
porque solo muero
si no me acarician,
hoy sí soy nostalgia,
mi tiempo ha pasado.
                                                          
Pero yo recuerdo
sonar aun cansado,
para la maestra
y a los que ha enseñado,
entonces pregunto
sin voz a mis cuerdas,
si estoy aquí solo,
¡Donde es que he fallado!


DARDO CAMPOSTRINI.

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