Tostada.
Todos en algún
momento
fuimos un
grano de trigo,
con amor nos
hicieron harina,
nos amasaron
y de ese amasijo
hicieron un
pan
que fue
horneado en su tiempo justo,
sacado del
horno, caliente,
su aroma
atraía,
su color
dorado invitaba a comérselo,
a todos
tentaba cortar con las manos
un trozo de él,
fresco y
tierno,
así fuimos
todos.
Pasadas las
horas,
los días,
ese pan fue
perdiendo esa atracción,
ya no es
tierno,
el aroma se
perdió,
su piel de
harina
se hizo
cascara dura
y se fue
retirando de la mesa
hasta quedar
en una bolsa,
destinado a
la basura
o a ser
colgado del cesto
para alguien
necesitado
lo coma por el
solo hecho
de matar el
hambre.
Fui pan
fresco,
pero al otro día
de convertirme
en pan duro,
no lo dude,
tome un cuchillo
y me corte en
rebanadas,
me metí al
horno,
me hice TOSTADAS.
En las mañanas me unto con mermelada
de dulce
de poesías hechas con el corazón
y cada cena
me presento
bañado de
aceites de experiencias que coseche con
errores y aciertos,
me polvoreé
con especias recogidas en esos viajes
de aventuras
que me anime a vivir cada día.
De esta forma
sigo
compitiendo
con el pan caliente,
con el pan
fresco
con aromas
recién salido de horno.
No soy pan
fresco,
tampoco soy
pan viejo,
hoy,
Soy TOSTADA.
Dardo Campostrini.
( derechos reservados)
( derechos reservados)